Statement on the Death of the Holy Father Pope Francis
Most Reverend José H. Gomez
Archbishop of Los Angeles
April 21, 2025
I join the family of God here in the Archdiocese of Los Angeles, and Catholics all over the world, in grieving the loss of our Holy Father.
In this beautiful Easter season, when we celebrate our hope in the Resurrection of Jesus Christ, we pray that the angels may lead Pope Francis into paradise, that the saints and martyrs welcome him, and that God in his mercy will make his face shine upon his faithful servant and grant him eternal rest in the love that never ends.
There will be more to say in the days ahead, but in this moment I find myself reflecting with gratitude on the Holy Father’s many kindnesses and expressions of pastoral care for us here in Los Angeles.
Over the years, he appointed nine auxiliary bishops to assist me in serving the family of God and he was always quick to show his spiritual closeness to us in our times of need. It was just in January that he offered prayers and words of consolation as we faced the destruction caused by the wildfires in the Palisades and Altadena. I will never forget his fraternal comfort as we mourned the sudden taking of our beloved Bishop David O’Connell in 2023.
In this time of mourning, my prayer is that all of us in the Church will honor Pope Francis’ legacy by remembering that he called us to urgent tasks that are still not finished:
We must continue our work of serving the poor, the migrant, and all who are forgotten on society’s “peripheries.”
We must persevere in caring for our common home, which is the earth, and in building a world that respects the sanctity and dignity of all human life and the Creator’s desire that we live in peace and fraternity as one human family.
And we must evangelize, spreading the joy of the Gospel as missionary disciples, accompanying our brothers and sisters and helping them to find in Jesus the happiness and love that every human heart longs for.
Above all, we must deepen our own love for Jesus and our commitment to seeking his holiness and reflecting his mercy and love in our daily lives.
Pope Francis showed us, by his constant example, that we should have a great devotion to the Virgin Mary, who is our Blessed Mother and the Mother of the Church.
We turn to Holy Mary now, and we ask for her protection and tender care. May she wrap our Holy Father in the mantle of her love. And may he rest in peace.
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Declaración sobre la muerte del Santo Padre Papa Francisco
Reverendísimo Monseñor José H. Gomez
Arzobispo de Los Ángeles
21 de abril de 2025
Me uno a la familia de Dios aquí en la Arquidiócesis de Los Ángeles, y a los católicos de todo el mundo, en el dolor por la pérdida de nuestro Santo Padre.
En esta hermosa temporada de pascua, en que celebramos nuestra esperanza en la Resurrección de Jesucristo, rezamos que los ángeles guíen al Papa Francisco al paraíso, que los santos y los mártires le dé la bienvenida, y que Dios, en su misericordia, haga resplandecer su rostro sobre su fiel servidor y le conceda el descanso eterno en el amor que nunca termina.
En este hermoso tiempo de pascua, en el que celebramos nuestra esperanza en la Resurrección de Jesucristo, rezamos para que los ángeles guíen al Papa Francisco al paraíso, para que los santos y los mártires le den la bienvenida, y para que Dios, en su misericordia, haga resplandecer su rostro sobre su fiel servidor y le conceda el descanso eterno en el amor que nunca termina.
Habrá más cosas que decir en los próximos días, pero en este momento me encuentro reflexionando con gratitud sobre los muchos actos de bondad y expresiones de cuidado pastoral del Santo Padre para todos nosotros aquí en Los Ángeles.
A lo largo de los años, nombró a nueve obispos auxiliares para que me apoyaran en el servicio a la familia de Dios y siempre se apresuró de mostrarnos su cercanía espiritual en nuestros momentos de necesidad. Este mismo enero ofreció oraciones y palabras de consuelo cuando nos enfrentamos a la destrucción causada por los incendios forestales en Palisades y Altadena. Nunca olvidaré su consuelo fraternal mientras lamentábamos la muerte repentina de nuestro querido Obispo David O’Connell en 2023.
En este tiempo de luto, mi oración es que todos nosotros en la Iglesia honremos el legado del Papa Francisco recordando que nos llamó a tareas urgentes que aún no han terminado: Debemos continuar nuestra labor al servicio de los pobres, los emigrantes y todos los olvidados en las “periferias” de la sociedad.
Debemos perseverar en el cuidado de nuestra casa común, que es la tierra, y en la construcción de un mundo que respete la santidad y la dignidad de toda vida humana y el deseo del Creador de que vivamos en paz y fraternidad como una sola familia humana.
Y debemos evangelizar, difundiendo la alegría del Evangelio como discípulos misioneros, acompañando a nuestros hermanos y ayudándoles a encontrar en Jesús la felicidad y el amor que todo corazón humano anhela.
Por encima de todo, debemos profundizar en nuestro propio amor a Jesús y en nuestro compromiso de buscar su santidad y reflejar su misericordia y su amor en nuestra vida cotidiana.
El Papa Francisco nos ha mostrado, con su ejemplo constante, que debemos tener una gran devoción a la Virgen María, que es nuestra Santísima Madre y la Madre de la Iglesia.
Nos dirigimos ahora a Santa María, y le pedimos su protección y su tierno cuidado. Que envuelva a nuestro Santo Padre en el manto de su amor. Y que descanse en paz.