Testimonios

Mi experiencia académica a través del Instituto Bíblico ha hecho eco en mi vida espiritual y podría decir que también en las demás áreas de mi vida. Fue para mí un gran impacto el estudio a fondo de la Sagrada Escritura. Me sorprendió mucho conocer personas tan preparadas y capacitadas en los temas desarrollados. Les quedo profundamente agradecido por la acogida que me dieron y toda la ayuda desinteresada y generosa brindada en estos tres años y medio de estar bajo su tutela profesoral. Esto es más significativo, dado el hecho de mi condición de ser ciego y por lo tanto con limitaciones que, gracias a ellos, no fueron obstáculo para la culminación exitosa de este trabajo académico. Y, por lo tanto, de todo corazón, recomiendo el Instituto Bíblico y todo el personal adjunto.  –Rafael Ramírez.

 

 

Dentro del ruido de la vida, las preocupaciones, temores, dudas y demás la mano de Jesús a través del IBC llego a mi vida. Este Instituto me enseña día a día la importancia que tienen las escrituras principalmente dentro de nuestra sociedad. Doy gracias al trabajo y desempeño del IBC por el conocimiento que hoy tengo y que sigo obteniendo por parte de los excelentes colaboradores que lo forman, por último, agrego que admiro su esquema de trabajo en favor de los estudiantes, su dedicación, conocimiento, disciplina y profesionalismo.  –Carlos Lupercio.

 

El haber recibido la invitación del IBC y haber contestado con un sí, ha sido un trabajo de fe y de convicción, hoy es mi testimonio de alguien que desea practicar su fe, como un residente del mundo moderno y poder pensar, en voz alta, mientras soy creyente. El IBC es una invitación, exhortación, un llamado a romper con la dependencia infantil; para entrar en la madurez espiritual (la dimensión de la profundidad de la vida divina de Dios).  En palabras del profeta Isaías “Ahora vengan vamos a razonar juntos dice el Señor” (Is 1,18)  Gracias IBC por la invitación.  –Olga Chavarin.

 Soy, Imelda Ibarra oriunda de Jalisco-México. Llegué al Instituto Bíblico Católico, el día 24 de junio del 2006.   Al mes de haber quedado huérfana de padre, por lo que me invadía una gran tristeza. Alguien me preguntó. ¿tu confías en el Señor? ¡Mi respuesta fue un largo silencio… no supe que contestar!  no le conocía!  Así quedó en pie la invitación de asistir al Estudio Bíblico.  ¡Pensé este curso no es para mí!…  Pero el 16 de junio del 2006 llegue a la Arquidiócesis de los Ángeles, y me encontré a la coordinadora del Instituto Bíblico, (por tercera vez) quien me señalo en un calendario que traía en la mano que el 24 de junio empezaría el curso básico.  Desde ese día, he venido aprendiendo lo que significa esa pregunta; con la única base del amor condescendiente de Dios.  Aquí he aprendido que la fe y la obediencia a Dios van juntas y que se manifiesta en obras. Que el hombre/mujer es justificado por fe y obras, no solamente por la fe.  Que las Sagradas Escrituras se ajustan a nosotros hoy.  Como catequista bíblica, comparto lo que me han dado mis grandes maestros; la guía, para seguir el camino en la misión encomendada como discípula del Señor – dar amor y servicio.

Instituto Bíblico Católico

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