Cuando el reverendo Edward Anderson se manifestó en Los Ángeles esta semana contra la intensificación de la represión migratoria del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, se interpuso entre las fuerzas del orden y sus compañeros manifestantes como un amortiguador humano.
Anderson, quien encabeza la iglesia cristiana McCarty Memorial en el vecindario West Adams Terrace, cree que cumplía con su deber moral de oponerse a la injusticia, pero de la manera no violenta que exige su fe.
“Es imperativo que las personas de fe se pronuncien, porque el silencio ante la injusticia es complicidad”, observó.