Mario Vargas dice que es un milagro que aún se encuentre en Estados Unidos. Hace 11 años, su hija, llamada Jersey, viajó al Vaticano con una comitiva pro inmigrante que buscaba pedirle al Papa Francisco que intercediera ante el presidente Obama por una reforma migratoria.
Jersey Vargas, quien tenía 10 años en esa época, logró que el sumo pontífice leyera una carta en la que le pedía que ayudara a su padre, quien permanecía en detención migratoria desde hacía 2 años.
Días después, Mario Vargas fue liberado bajo fianza.