En una época en la que muchos están lidiando con el COVID-19 entre la soledad y la muerte, el alivio llega también en forma de bienestar espiritual.
Stephanie Ramos, de 60 años, sabe esto mejor que nadie.
En un día promedio, la estudiante de capellán y quien se gradúa este jueves, visita hasta 12 pacientes en LAC-USC Hospital desde que se declaró la pandemia.
“El impacto del coronavirus para mí comenzó con las noticias en China hablando sobre la enfermedad. Luego se extendió en Londres y poco tiempo después a Nueva York. Aún así, veía lejos el problema hasta que lo tuve frente a mí”, sostiene.
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