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COVID-19

El Arzobispo Gomez reflexiona sobre la situación actual y proporciona una actualización sobre la celebración de los Sacramentos en nuestras parroquias

Vamos a continuar rezando y los estaremos informando exactamente de cuándo, cómo las cosas se van a realizar, pero es importante que centremos nuestra atención en rezar y protegernos unos a otros.

-El Arzobispo Gómez

Queridos Hermanos y Hermanas,

Estamos viviendo unos tiempos muy difíciles, y por eso quería compartir con ustedes lo que estamos haciendo para tratar de que las cosas vuelvan a la normalidad en la celebración de los sacramentos en la Arquidiócesis de Los Ángeles.

Lo primero y más importante es que la razón porque tuvimos que cerrar las parroquias es porque tenemos que ayudarnos y protegernos unos a los otros. Esta pandemia que estamos viviendo es una enfermedad muy peligrosa que se contagia muy fácilmente y era importante, como no sabíamos cuál era la situación que se iba a presentar, que como nos indicaron las autoridades civiles, cerráramos las parroquias y estuviéramos todos en casa.

Con el paso del tiempo, yo siento que para todos nosotros ha sido un reto muy grande.  Personalmente, para mí, es, como les he comentado varias veces, es realmente difícil y extraño celebrar la Santa Misa aquí en la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles con la iglesia vacía, solamente con algunos sacerdotes que me acompañan y las personas que hacen las lecturas y los cantos.  Muy difícil, es muy difícil, también ha sido muy difícil para los obispos auxiliares y para los sacerdotes de la Arquidiócesis. Su ministerio de los sacerdotes es estar con los fieles. Es realmente salir y compartir con todos ustedes la belleza de nuestra fe.

También sé que para todos ustedes ha sido este tiempo un tiempo muy difícil en los que muchos han pasado por situaciones muy difíciles con la pérdida de algunos de sus seres queridos y quizá no poder celebrar el funeral en la iglesia.  Para muchos otros hemos tenido que posponer las confirmaciones por la situación en la que estamos.

También no podemos a veces recibir el Sacramento de la Reconciliación, la Sagrada Comunión y simplemente estar juntos dentro de la iglesia. Creo que estamos llegando en un momento en el que la situación ha mejorado un poco y quizá podamos dentro de pronto, siguiendo las indicaciones del condado de Los Ángeles, de la ciudad de Los Ángeles y del gobierno del estado en que podamos volver a juntarnos en la iglesia.

No va a ser lo mismo porque hay que respetar la distancia social, el que tenemos que tener una máscara, cosas por el estilo, que ya no van a ser lo mismo.  Quizá, al principio tenemos que limitar el número de personas que asistan a la celebración de la Misa, pero poco a poco vamos a tratar de que las cosas vuelvan a la normalidad.

Estamos trabajando muy seriamente con la ciudad de Los Ángeles, con el condado de Los Ángeles, con el gobierno del estado para que comprendan que sí podemos abrir las parroquias y protegerlos a cada uno de ustedes, a todos los fieles, para que no se contagien.

Pero toma tiempo, y es importante que ese sea realmente el centro de nuestra preocupación, y que todos podamos asistir a las ceremonias religiosas con la paz de saber que nos protegemos unos a los otros y que no nos vamos a contagiar. Por eso, vamos a continuar rezando y los estaremos informando exactamente de cuándo, cómo las cosas se van a realizar, pero es importante que centremos nuestra atención en rezar y protegernos unos a otros.

Ojalá que pronto podamos estar juntos una vez más. Y durante este tiempo nos acordemos primero, que la Misa sigue estando presente, hasta en nuestras casas, a través del internet. Muchas de las parroquias tienen la posibilidad de transmitir la celebración de la Santa Misa a través del internet. Ojalá estén ustedes presentes en eso.

Y poco a poco, verdad, vamos a tratar de que las cosas vuelvan a la normalidad. Vamos a rezar mucho, vamos a estar unidos, porque eso es lo importante. Y ojalá que estos días en que nos preparamos este domingo para celebrar la Ascensión de Nuestro Señor, y el domingo próximo para la venida del Espíritu Santo en la Fiesta de Pentecostés, sigamos estando unidos y pidiendo a Dios, Nuestro Señor, por la intercesión de Santa María de Guadalupe, que nos conceda el poder abrir nuestras parroquias y cuidar a nuestros hermanos y hermanas para que todos podamos seguir dando gloria a Dios en nuestra vida diaria.

Que la bendición de Dios, todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos ustedes y sus familias.

Que Dios los bendiga.